Alrededor del 5% de los pacientes operados en Francia desarrollan una infección nosocomial. Por eso deben establecerse normas de higiene estrictas para garantizar la seguridad de los pacientes y el personal médico.
Existen varias vías de entrada de microorganismos en el quirófano, entre ellas:
En este artículo, explicamos cómo reducir estos riesgos de contaminación en el quirófano mediante el uso de equipos tecnológicos adecuados.
Las normas de higiene en el quirófano están definidas por la norma francesa NF S90-351. Establece las reglas que deben seguirse para prevenir las infecciones nosocomiales y garantizar la seguridad de las intervenciones quirúrgicas. Se aplica a todos los establecimientos sanitarios, públicos o privados, que realizan intervenciones quirúrgicas.
Los principales objetivos de esta norma son:
Para alcanzar estos objetivos, la norma NF S90-351 establece requisitos precisos en materia de higiene y desinfección. En concreto, exige la aplicación de un protocolo de limpieza y desinfección del quirófano.
La norma también incluye reglas estrictas sobre la vestimenta del personal médico. La ropa debe ser estéril y adecuada para el procedimiento quirúrgico en cuestión. El calzado debe ser específico para el quirófano y no debe llevarse fuera de él.
Por último, la norma NF S90-351 exige la aplicación de medidas de control del aire y agua en el quirófano.
Los hologramas son una revolución en el campo de la tecnología interactiva de “realidad mixta”.
Las manos de los profesionales sanitarios se consideran el vector más común de transmisión de patógenos asociados a la asistencia sanitaria, tanto en el entorno como en la piel del paciente. Reducir el contacto entre los equipos informáticos y audiovisuales, el paciente y las manos de los cirujanos y enfermeros es, por tanto, un reto importante para mejorar la higiene en el quirófano y prevenir las infecciones hospitalarias. Al utilizar un holograma en el quirófano para controlar la(s) pantalla(s), los cirujanos evitan tocar ratones, teclados o pantallas táctiles, y minimizan así el riesgo de contaminación.
Además, los hologramas pueden utilizarse para acercar al cirujano la información del CIO o las coordenadas espaciales de la zona a tratar. Esto permite a los cirujanos permanecer concentrados en el procedimiento sin tener que consultar pantallas o documentos en papel.
Las pantallas táctiles estériles tienen un revestimiento antimicrobiano y son fáciles de limpiar para evitar la acumulación de bacterias o gérmenes. También están equipadas con tecnología táctil capacitiva que permite un manejo intuitivo incluso con guantes quirúrgicos. Suelen utilizarse para controlar equipos audiovisuales como cámaras, luces, monitores, grabadoras y pantallas de datos.
Hay que señalar, sin embargo, que las pantallas estériles no permiten alcanzar el nivel de los hologramas, ya que estos últimos eliminan todo contacto con la superficie de la pantalla.
Las superficies activadas por voz permiten una interacción aún más libre de tacto. Estas superficies se activan por voz, eliminando la necesidad de tocar la pantalla.
En el quirófano pueden utilizarse varios tipos de sensores:
El uso de sensores en el quirófano es especialmente importante en las intervenciones quirúrgicas largas. Los resultados son visibles en la sala, pero también pueden transmitirse en tiempo real a una pantalla de monitorización remota, donde los equipos (o simplemente el responsable del quirófano) pueden supervisarlos y analizarlos.
Los avances en tecnología de sensores también ofrecen funciones avanzadas para mejorar la higiene en el quirófano. Es posible equipar los quirófanos con tecnología de desinfección ultravioleta, capaz de eliminar microorganismos.
Como ya se ha mencionado, uno de los retos de la gestión de la limpieza en el quirófano es el mayor riesgo de contaminación por interacciones humanas. Esto incluye no sólo a los profesionales sanitarios, sino también a visitantes y técnicos.
Por ello, la implantación de tecnologías de monitorización a distancia puede permitir la formación, coordinación y comunicación sin necesidad de acudir a entornos estériles.
Una zona de coordinación (una sala específica o simplemente el despacho del jefe de cirugía) equipada con una gran pantalla y tecnologías audiovisuales de alto rendimiento permite la comunicación en tiempo real. Las cámaras y micrófonos instalados en el quirófano permiten a los miembros del equipo (jefe de cirugía, …) visualizar la operación en directo, y así colaborar de forma eficaz y rápida para resolver los problemas que puedan surgir durante la cirugía, pero también para limitar el número de participantes y los viajes de ida y vuelta al quirófano.
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