El desafío
En pleno Jutlandia, el puerto de Esbjerg es mucho más que un simple punto de paso para los buques. Es el principal puerto europeo para el transporte de turbinas offshore, recibe más de seis mil barcos al año y gestiona más de mil quinientos megavatios de energía eólica.
Con una actividad tan intensa, la sala de control existente ya no daba abasto. La renovación, financiada por la iniciativa INTERREG DIOL, buscaba modernizar las instalaciones y reforzar la supervisión de las operaciones.
Los operadores necesitaban una solución capaz de gestionar al mismo tiempo cámaras, servidores, flujos web, drones y comunicaciones con el aeropuerto, sin perder sencillez ni facilidad de uso.