La sala de control, o sala de supervisión o de mando, es un espacio que concentra la información crítica de una empresa o proceso clave, y permite manipular esta información para la toma de decisiones inmediatas.

A primera vista, esta zona tan sensible evoca videowalls, alarmas y sinópticos de todo tipo, que son la parte más visible de un espacio de este tipo. En realidad, el primer reto de una sala de control reside en la ergonomía para los operadores. En efecto, se ejercen simultáneamente sobre ellos muchas limitaciones: rotación de turnos (a menudo con horarios nocturnos y de fin de semana), estrés inherente a la gestión de crisis, presión del entorno, cantidades cada vez mayores de información que hay que gestionar, fatiga visual, etc.

Si no se aborda este grave problema, las consecuencias se dejan sentir rápidamente en la forma y la moral del personal y, por consiguiente, en la eficacia de una herramienta que a menudo representa una inversión y una apuesta importante para la organización.

Por lo tanto, es necesario diseñar un espacio que garantice el bienestar de los usuarios y satisfaga sus necesidades fisiológicas punto por punto.

La estación del operador

Normalmente, los operadores tienen que controlar y gestionar varias pantallas al mismo tiempo, por no hablar de un foco central y numerosas alarmas.

La forma del puesto de trabajo -por ejemplo, un arco circular- debe permitir una visión panorámica sin torcer la columna vertebral. Elemento fundamental de la ergonomía, el asiento debe ser cómodo y adaptarse a todas las morfologías. Existen sillas profesionales 24/7 especialmente diseñadas para este tipo de uso.

Además, es importante recordar que todos los estudios especializados demuestran que es necesario moverse con regularidad: así que no encierre a sus usuarios en puestos de trabajo dispuestos en filas, sino integre una «pasarela» que les permita moverse mientras siguen trabajando. Para conseguir esta movilidad, no dude en combinar una tableta móvil inalámbrica con la tecnología KVN: esto permitirá al operario controlar todas las máquinas de las que es responsable desde un único teclado en la tableta.

Cuando el usuario está en el puesto de trabajo, la cabeza no debe inclinarse hacia arriba más de 7° de forma regular. Esto implica una disposición bien pensada entre el puesto del operador y el videowall, sobre todo en lo que respecta a las diferencias de elevación.

Comodidad visual

La consola debe ser lo suficientemente profunda como para que las pantallas del puesto puedan alejarse lo suficiente de los ojos. La calidad del videowall también ayuda a reducir la fatiga visual. Esta calidad se consigue, por supuesto, gracias a la definición y el contraste de cada pantalla, pero también conviene elegir pantallas con bordes finos para que el cerebro haga el menor esfuerzo posible para reconstruir la imagen global de la pared.

Por lo tanto, a la hora de comprar, hay que prestar atención al «bisel» (=distancia entre el último píxel de la pantalla 1 y el primer píxel de la pantalla 2) de las pantallas que componen la pared.

Para seguir con el confort visual, la iluminación debe adaptarse a las diferentes horas del día, pero también a la situación (sobre todo en la gestión de crisis). Para ello, es útil disponer de paneles LED que puedan controlarse en cuanto a la intensidad de la luz y la temperatura del color.

Asimismo, la limpia integración de todos los cables contribuye al confort visual y, sobre todo, a la seguridad del lugar. Hay muchas soluciones para ello: mobiliario especializado, revestimiento de paredes o falsos techos y suelos. Esta última opción es especialmente interesante para tener la potencia y la red en todos los puntos y de forma evolutiva.

La acústica de la sala

Nuestra recomendación sobre esta importante cuestión es combinar un enfoque doble:

  • Un tratamiento general del espacio para reducir al máximo el ruido de las conversaciones y de las alarmas (evitar las grandes superficies acristaladas, el falso techo acústico, etc.) y permitir al mismo tiempo una buena comunicación colectiva.
  • Un máximo de herramientas flexibles: paneles acústicos móviles, auriculares inalámbricos, separación de espacios mediante vidrio priva-lite (un vidrio que puede ser opaco cuando se pide), burbujas de comunicación que permiten un aislamiento acústico temporal, ….

Los lugares de vida

Por último, para concluir esta visión general de la ergonomía en la sala de control, debemos mencionar las zonas de estar, que suelen ser las grandes ausentes en el proceso de diseño. De forma errónea, ya que son los primeros en satisfacer las necesidades fisiológicas más básicas: relajación/dormir, alimentación, ….

En concreto, se trata de :

  • Lugares para el descanso pasivo: sofás, sillones, sala de TV, …
  • zonas de descanso activo: deportes, juegos (futbolín, etc.), rincón del café, etc.
  • instalaciones: vestuarios, aseos, etc.

Estas zonas de estar deben estar muy cerca de la sala de operaciones para facilitar su uso y también para que cualquier operador de turno pueda llegar a su puesto en menos de un minuto.

En conclusión, aunque cada proyecto es, por supuesto, único, es útil contar con profesionales que tengan experiencia en este lugar tan particular que es una sala de control.

Por su parte, Motilde es un especialista mundial en espacios de colaboración y, en particular, en salas de control. No dude en ponerse en contacto con nosotros para realizar un estudio o un proyecto, estaremos encantados de ayudarle en su proyecto.

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